Al inicio realmente no
nos planteamos si la escuela iba a ser o no inclusiva, fue un proceso natural
al observar a algunos infantes que tenían un proceso distinto buscar cómo
ayudarles sin discriminarlos.
La propuesta parte de nuestra
lógica de trabajo que es el RESPETO. Por ello intentamos basarnos en las
Capacidades y no tanto en las Discapacidades. No ha sido un proceso lineal y a
pesar de los años continuamos planteándonos nuevas estrategias.
La metodología nos ha
facilitado este proceso ya que los objetivos individuales y los grupos
madurativos nos periten atender a cada niña o niños según sus necesidades y
nivel madurativo sin crear diferencias ni discriminación. Cada estudiante
acepta su nivel actual y se aprende a no juzgar a los demás ya están más
adelantados en contenidos o atrasados.
Nos podemos encontrar
niñas o niños con un nivel según nuestros indicadores de contenidos de 2º nivel
de preescolar (4 años) trabajando con otros de 3er grado de primaria. ¿La edad?
¿Importa?
En el caso de niñas o
niños con una edad intelectual muy diferente a su edad física (ya sea para más
o para menos) se le hace una propuesta de grupo madurativo desde nosotras las
adultas, y luego se le invita a ver si es el grupo en el que se siente cómoda o
cómodo y sino escoger otro. A veces lo hacen de manera temporal, otras
definitiva por el años escolar. De esta manera tenemos en cuenta su edad
emocional, ya que ellas y ellos son lo que mejor saben con que niñas y niños se
sienten a gusto para jugar, intercambiar… y a la vez el grupo suele estar a su
vez más cómodo ya que esta niña o niño suele tener sus mismos intereses y de
esta manera respetamos a la niña o niño en cuestión y a los de su grupo.
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